El bosque siempre simbolizó para mí, el espíritu de aventura. Tuve la suerte de crecer arropada por cuentos entrañables que me acercaban, a través del verbo fácil, a parajes lejanos y misteriosos poblados por seres fascinantes que revelaban su sabiduría a algunos afortunados. Y en este entorno, vivía libre y daba rienda suelta a mi imaginación. Paisajes, animales y pueblos lejanos al abrigo de un pequeño bosque eran mis sueños habituales cuando regresaba durante el invierno a mi ciudad.
La mayor parte del día de hoy la he pasado en un bosque real, he estado de "calçotada". Un gran día sin duda y buena comida, aunque mucho mejor ha sido el marco donde ha tenido lugar esta celebración.
Buenas noches a los peculiares habitantes de este bosque y, cómo no, a quien entre a dar un paseo en esta fría noche.
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