miércoles, 19 de febrero de 2014

Una realidad perdida


¡Qué tormenta agitaba tu corazón y qué mundo de sentimientos encontrados te sacudía, como un vendaval desatado!

Estabas más allá del dolor, más allá del resentimiento, más allá de la comprensión, más allá de la tolerancia…

La línea de tu mundo se había quebrado. Y no había otra cosa que tu angustia y tu soledad sin remedio.

De pronto, la pequeña barca se hizo más clara. En el horizonte el cielo y la tierra se seguían uniendo, mientras la embarcación venía hasta ti, aun silenciosa.

La serenidad de agua que recobraba su espejo después de jugar con la estela de espuma, te trajo una realidad optimista.

El mundo no era ya tan enemigo. Y la paz podía volver. Y la fe. Y la alegría de vivir.

Cuando los remos te dejaron escuchar ya su ritmo acompasado, sonreías a través de tus lágrimas. En eso, el llanto y la risa te devolvieron la medida de una realidad perdida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario